Luego de atravesar el puerto y la Bolsa de Comercio, el tercer espacio donde la mercancía se expresa, es la prostitución. 

​

LA PROSTITUCIÓN EN AMSTERDAM EN LA DE EDAD ORO

​

Para la época de la edad de oro, la ciudad mercantil y portuaria de Amsterdam era un centro lleno de personas con dinero disponible para gastar. Si bien ya existía hace mucho, el auge de la prostitución en los Países Bajos se remonta a los siglos XVI y XVII, cuando los marineros que llegaban a los conocidos puertos holandeses, buscaban mujeres para saciar sus deseos después de meses de abstinencia sexual.

​

A través de distintos diarios de viaje podemos dar cuenta que la prostitución era de las principales atracciones de la ciudad y que no se realizaba un completo recorrido de la ciudad sin visitar uno de estos espacios.

​

"En una ciudad tan grande y tan densamente poblada, donde circula tanto dinero debido al comercio, el libertinaje ha de ser por fuerza desmedido" observa un compatriota suyo casi un siglo más tarde, "aquí hay tantas mujeres de vida alegre como en Londres y París."

La puta y el ciudadano Lotte Van de Pol

​

¿DÓNDE SE UBICABA? 

​

​

​

​

​

​

​

​

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

​

​

La prostitución no se reconoce en un espacio único y específico. La gente que llegaba a la ciudad visitaba los salones de baile y  las casas de juego, ubicadas en unas calles que abarcaban desde las cercanías del puerto hasta el centro de la ciudad. En esta zona conformada cercana al ingreso marítimo, era donde las prostitutas tomaban a sus clientes y donde estos sabían que las podían buscar.

​

En el texto "La Puta y el Ciudadano", Lotte Van de Pol habla del emplazamiento de la prostitución de la siguiente manera: 

“Desde el siglo XV, las prostitutas de Amsterdam han ejercido su oficio en el mismo lugar, concretamente en la ciudad vieja, junto al puerto. El centro de la ciudad nunca se desplazó y ha experimentado pocos cambios a lo largo de los siglos. Siempre fue en ese lugar por donde se entraba a la ciudad (...) Por consiguiente, para quien llegara a Amsterdam , el barrio de prostitutas era — y es— siempre fácil de encontrar”.