Con estas imágenes podemos entender cómo esta tipología edilicia estaba ligada a las actividades que allí sucedían. La forma permitía su función. El patio interior, contenido por  la recova, suele ser representado muy concurrido, colmado de gente interactuando. La torre en el frente facilitaba su ubicación a lo lejos.

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Las vistas de la bolsa anulan por completo el entorno de la ciudad, el edificio se muestra como un elemento imponente, despojado de contexto. Por eso es necesario ver representaciones por separado de cada espacio. Al ver los grabados de la plaza del Dam podemos entender mejor la situación que circunda a la bolsa y sus edificios contiguos: el ayuntamiento, la iglesia, el banco y edificios de la misma índole, conformando un centro político-económico y facilitando la realización de las actividades diarias que allí sucedían.

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Así como la planta baja se ve y se entiende como algo permeable y accesible, la planta alta no, es un misterio. Parecería ser una sucesión de oficinas, donde probablemente sucedían los intercambios que no podían ser vistos.

 

Los querubines en las imágenes simbolizan pureza y protección a la actividad. Al parecer ayudaban en la carga y descarga de mercadería.

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En contraste con lo que pasaba al interior del edificio, la plaza era un espacio de encuentro colectivo, donde además de actividad económica, sucedían los acontecimientos sociales y culturales más importantes.